El conocimiento prohibido, la sabiduría hermética
Este viernes os traemos un misterioso libro que recoge las enseñanzas de Hermes Trimegisto, considerado el padre de la filosofía hermética, en el que se enumeran una serie de principios que rigen la realidad de todo lo que nos rodea e incluso de nosotros mismos. El hecho de entender y aplicar estos postulados nos hará alcanzar la plenitud y la felicidad en su sentido más auténtico.
Principio de correspondencia: como es arriba, es abajo. Como es abajo, es arriba. El mundo físico es el reflejo del mundo espiritual. Este principio lo podemos encontrar en el “Mito de la caverna” de Platón, uno de los filósofos griegos de la antigüedad más influyentes. Es uno de los principales autores que se estudia en la asignatura de Filosofía en 1º de Bachillerato y se constituye como un primer acercamiento al pensamiento de la Grecia clásica.
Principio de mentalismo: todo es mente pues en el universo es mental. El universo proviene de la imaginación del Todo,de la conciencia universal. Si creemos que algo sucede, tanto a nivel consciente como subconsciente, sucederá a nivel físico. De este principio se deriva la famosa “ley de atracción” tan de moda en el mundo del coaching motivacional y en la que, para hacer realidad un deseo, debemos de, no sólo pensarlo, sino vivirlo como si ya se hubiese hecho realidad y así engañar al subconsciente ya que no distingue lo real en el mundo físico de lo imaginado. A través de esa vivencia del deseo a realizar, comenzaremos a vibrar en la misma frecuencia de ese estado deseado y, por tanto, atraeremos al mundo físico ese deseo.
Principio de vibración: nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra. El universo está en constante cambio ya que nada dura para siempre y el ser humano evoluciona o involuciona cambiando su vibración, al igual que su entorno, como un río en constante fluencia. Como diría Nikola Tesla, una de las mentes más geniales de la historia de la humanidad, si quieres entender el universo piensa en términos de energía, frecuencia y vibración.
Principio de polaridad: lo semejante y lo antagónico son lo mismo. Cada elemento de este universo tiene una doble naturaleza, dos caras que son opuestas como el amor y el odio, la tempestad y la calma, el frío y el calor, etc. El frío que sentimos en invierno en el entorno en el que vivimos se transformará en calor pasados unos meses, llegado el verano.
Podemos pasar de una situación de pobreza a riqueza de diferentes maneras así como de querer apasionadamente a una persona y acabar odiándola.
Principio de ritmo: todo se mueve como un péndulo. Todo puede mejorar o empeorar ya que vivimos en un universo cambiante, la realidad cambia de manera gradual hacia unos estadios u otros, en ninguno de ellos permanecemos para siempre.
Principio de causa y efecto: hay muchos planos de causalidad pero nada escapa a la Ley. Aquí, los autores, nos hablan que todo se produce por unas causas que producen unos efectos. Estos efectos pueden ser las siguientes causas que producirán efectos en un futuro cercano. Debemos centrarnos en realizar acciones buenas y positivas para generar efectos también positivos ya que así elevaremos nuestra vibración y, por el principio de atracción, actuaremos como un imán de cosas o personas que estén en ese rango vibracional, en ese nivel de positividad. Nos viene a la mente frases como Dios le da pañuelos a quien no tiene mocos o dinero llama a dinero ya que, quizás, esas personas que parecen tener siempre buena suerte es porque atraen cosas, personas y situaciones en el mismo rango en el que vibran.
Principio de generación: el género se manifiesta en todos los planos. Este principio quedará obsoleto en poco tiempo debido a la ingeniería genética y los avances en tecnologías reproductivas ya que profesa que la “creación” no es posible sin un género masculino y otro femenino. Aparte del sentido físico y sexual que pueda tener este principio, lo más importante es que cada individuo puede crear su propia realidad a través de su mente y sus acciones dirigidas, en el mundo físico, a crear esa existencia deseada.
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